"Las relaciones afectivas del niño y de quienes lo rodean son las que decidirán si determinado acontecimiento habrá de provocar o no un trauma, es decir, un choque susceptible de acarrear perjudiciales efectos."
El niño es un ser extremadamente débil y su fragilidad es puesta rudamente a prueba en todo el contexto familiar y social que lo rodea. Algunos saldrán de la experiencia sin haberse visto afectados de manera alguna (como lo dice con exactitud el profesor Lafourcade: "están los que salen sanos y salvos de los bombardeos"); para otros, lamentablemente, la cosa no será así.
No es de asombrar que muchos niños padezcan más tarde de los nervios, dice Freud, ya que como sabemos, lo que más facilita el nacimiento de una neurosis es la incapacidad de soportar durante un tiempo más o menos largo una represión algo considerable de la libido."
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